5 de noviembre
Sábado XXXI
Fil 4, 10-19 Todo lo puedo en aquél que me conforta
Todo en ti, todo tuyo, que en ti lo encuentre todo, lo espere todo, y sepa preferirte sobre todas las cosas. Todo posible, todo fortaleza en mi debilidad. Todo amor enamorado. Todo plenitud en la sencillez de cada día. Todo está en subirme al sicomoro y aceptar tu invitación para hospedarte en mi casa, y recibir tu salvación. Todo lo considero basura con la dicha de conocerte como tú eres, Dios y Salvador nuestro, amado, amante, amigo.
En ti, Señor, todo lo puedo. Contigo al lado todo lo puedo. Caminando de tu mano todo lo puedo. Dejándome llamar y acariciar por ti todo lo puedo, cuando tú me miras ya no tengo miedo. Mi amigo, mi compañero, mi amor… contigo todo lo puedo. Porque tú me llenas, me inundas de amor, de reconfortas, me sonríes y me llevas en brazos cuando no puedo seguir adelante. Contigo, Señor, todo lo puedo.