31 de enero
IV domingo
Jr 1,4-5.17-19 Te escogí
Me escogiste, Señor, me escoges cada día, y lo que es más admirable aún me diñes los lomos, das suelta a mi lengua, lates en mi corazón, para que anuncie la belleza de tu amor, la dulzura de tu presencia, el desierto de tus arenas, donde descalzo mis pies. Me escoges, me eliges y me transformas: en plaza fuerte, en muralla de bronce, el columna de hierro, en manantial de espesuras, en viento impetuoso, en mar entregado. Gracias, Señor, por tu presencia tan constante, tan oculta, tan singular en mi vida.