Adviento

I Domingo de Adviento
30 de noviembre
Is 63, 16.17.19; 64, 2-7 …que hiciera tanto por el que espera en él.
Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que  hiciera tanto por el que espera en él. Con esta frase, Señor, me ayudas a entrar este año en el adviento. Te espero, te ansío, te anhelo. Y se que haces mucho por mi, incrementando mi deseo de salvación, ayudándome a preparar tu venida. Este tiempo de espera me abre a Ti, y tu me enriqueces para hacerme don en el momento de tu venida. ¡Ven, Señor Jesús!

 

 

Tened cuidado

29 de noviembre
Sábado XXXV

Lc 21, 34-36 Tened cuidado…

Por segunda vez, Señor, nos llamas a la vigilancia y al cuidado de nuestra vida, para que caminemos a la luz de tu presencia, para que no nos alejemos de ti. Tened cuidado, no se os embote la mente. Se embota la mente con tanta publicidad, con tanto ruido, con tanta interferencia, con tanta información no digerida y manipulada, con tanta imagen que falsea la realidad y la deforma, con tanto modelo inalcanzable, nuevos dioses del poder, del dinero, del prestigio…Se embota la mente, Señor, y se agobia la vida. Tened cuidado, nos dices. Gracias.

La higuera

28 de noviembre
Viernes XXXIV

Lc 21, 29-33 Fijaos en la higuera…

Abrid los ojos; contemplad; mirad la realidad en su realidad, no a través de vuestros juicios, de vuestras comprensiones, de vuestros deseos, de vuestra interpretación…Mirad la higuera, mirad la tierra, mirad el cielo, mirad la mar. Mirad las personas que tengáis cerca. Mirad el ser. Mirad para sabed que está cerca el Reino de Dios. Que viene, que ya está.

Mundo enloquecido

27 de noviembre
Jueves XXXIV

Lc 21, 20-28 En la tierra angustia de las gentes, enloquecidas

Son signos de tu venida. De una venida que se está realizando en medio de la historia. De una venida que es continua, que nos ofreces en cada época, en cada lugar. La posibilidad de comprender sin comprender, desde una fe que no explica pero que llena de sentido. Solo así alcanzo a vislumbrar este evangelio de desolación, signo de la liberación que ya ofreces. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación.

Dar testimonio

26 de noviembre
Miércoles XXXIV
Lc 21, 12-19 Así tendréis ocasión de dar testimonio

Así animas, Señor, a los que están en una situación de persecución por su fe, a los que persiguen por causa de la justicia, por causa tuya: así tendréis ocasión de dar testimonio. Me doy cuenta, sin embargo, que también estamos llamados cada uno de nosotros a dar testimonio,  en medio de un mundo que te rechaza, que te ignora, que te brinda la indiferencia. En nuestro mundo, en nuestra sociedad, sin ser perseguidos, al ser ignorados, tenemos la posibilidad de dar testimonio de Ti.

El engaño

25 de noviembre
Martes XXXIV

Lc 21, 5-11 Cuidado con que nadie os engañe.

Tienes razón, Señor, al advertirnos. Cuidado. El engaño está presente en nuestra sociedad que nos ofrece la felicidad en banalidades, en superficialidades, en el consumo, en ideologías que atentan contra la vida, contra el ser en plenitud. Engaños disfrazados, engaños larvados, engaños bajo apariencia de bien. Te pido que no me dejes caer en la tentación del engaño. Pero con más fuerza te pido que no me dejes engañarme a mi mismo. Que camine a la luz de tu verdad.

Alzar los ojos

24 de noviembre
Lunes XXXIV

Lc21, 1-14 Alzando Jesús los ojos vio….

Significa, Señor, que estabas sentado en el suelo, pues tuviste que elevar la mirada para ver al rico que echaba el donativo, a la viuda que echando dos reales echaba más que nadie. Tú, Dios, en el suelo, haciéndote pobre por nosotros, para invitarnos a compartir nuestras riquezas, lo que nos sobra, a dar generosamente en  nuestra pobreza, incluso aquello a lo que nos aferramos y creemos indispensable para vivir. Tú, Señor, invitándonos a la generosidad sin límites. Desde el suelo.

Venid

23 de noviembre

Cristo Rey del universo
Domingo XXXIV

 

Mt 25, 31-46 Venid vosotros….

 

Quiero oír, Señor, cada día, que me dices esta frase, que nos la dices personalmente, a cada uno, y también como miembros de una comunidad, que es tu Iglesia: Venid, benditos de mi padre, porque tuve hambre y me distéis de comer, sed y…Será la señal de que nuestro amor es verdadero, de que somos signos de tu amor en el mundo, de que somos tuyos pues quien ama es de Dios. Ayúdame a amar, y desvivirme, también por el el forastero, el que está desnudo, el enfermo, el que está prisionero. En ellos estás Tú.

 

 

 

   

 

 

Cántico nuevo

22 de noviembre
Santa Cecilia

Sal 143 Dios mío, te cantaré un cántico nuevo

El cántico de mi vida abierta a ti, renovada por ti, el canto de todo mi ser dispuesto a interpretar tu melodía, el canto que te alaba y ensalza tu gloria, porque eres mi bienhechor, mi alcázar, mi escudo y mi refugio. Por eso, Señor, te cantaré un cántico nuevo, y tocaré para ti el arpa de diez cuerdas, haciéndome música en tu presencia. Afíname Tú, Señor. Quita mis disonancias.

Presentación de María

21 de noviembre
La presentación de la Virgen
Sal 118 ¡Qué dulce al paladar tu promesa!

La promesa de salvar a tu pueblo, que se hace inminente con el nacimiento de María; la promesa de ser un Dios que camina con nosotros, que entra en nuestra historia, que se hace presente en nuestros caminos. La promesa que se hace presente en la pobreza y la debilidad de una Virgen, a la que todas las generaciones llamarán dichosa, porque el poderoso derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!