Alegría

30 de septiembre
San Jerónimo

Salmo 18 Alegran el corazón

Tu palabra, Señor, alegra el corazón, es descanso de mi alma, da luz a mis ojos, más preciosa que el oro, que el oro fino, más dulce que la miel de un panal que destila. Y así, voy recitando el salmo responsorial de hoy, pidiéndote que sigas alimentando cda día mis er con tu palabra. Dime una palabra, y quedaré salvo.

GREECE. 1948.

Arcángeles

29 de septiembre
Santos Arcángeles

Ap 12, 7-12 Estad alegres cielos, y los que habitáis en ellos

Compartamos en el día de hoy, tan celestial, la alegría que transmiten los ángeles, pues son mensajeros de tu presencia pura, y viva. Y de una manera especial de Gabriel, que en tu nombre invita a María a la alegría. Alegrémonos, Señor, contigo, porque estás con nosotros en el camino de la vida, sobre todo cuando Cristo, tu hijo, con congrega para el banquete pascual de tu amor. Alegría y amor. Mensaje arcangélico.

Fuentes

28 de septiembre
Martes XXVI

Salmo 86 Todas mis fuentes están en ti


Por eso, como una cierva, busco tus corrientes de agua. Fuente que mana y corre, aunque sea de noche. Tu apagas mi sed, colmas mis anhelos. Tus fuentes cristalinas, frescas, cantarinas….tus fuentes de agua viva. Quien se acerca a ti nunca más tiene sed. Así mi alma de busca a ti, Dios mío, tiene sed de Dios, del Dios vivo

Acogida

27 de septiembre
Lunes XXVI

Lc 9, 46-50 El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mi


Acojamos, en tu nombre, a los más pequeños, a los más transparentes, a los que no cuentan, a los pobres de espíritu, a los de corazón sincero. Puro ser. Presencia pura. Que sepa, Señor, acogerte con asombro, sin esperar nada a cambio, en los sencillos que acercas a mi.

Cebados

26 de septiembre
XXVI Domingo

Santiago 5, 1-6 Habéis cebado vuestros corazones para la matanza


Brutal, Señor, tu palabra llega hoy a remover, con una imagen poderosa, mi indiferencia antes el sufrimiento del más pobre, mis riquezas podridas, mis trajes apolillados, mi oro y mi plata oxidada, cuya herrumbre se ha convertido en testimonio contra mí. Tanas riquezas que me has dado y me guardo, y no pongo al servicio de tu Reino. Tu me miras con misericordia, y sigues insistiendo, a ver si me convierto a ti y a los más necesitados.

¿Where?

25 de septiembre
Sábado XXV

Zac 2, 5-9. 14-15 ¿A dónde vas?

Buena pregunta. ¿A dónde voy? In ómnibus repice finem, que decía el beato Chaminade, que en todo se muestre tu finalidad, tu destino. Tú mi origen y mi fin. Tú mi guía.

No se lo digas a nadie

24 de septiembre
Viernes XXV

Lc 8, 18-22 El les prohibió terminantemente decírselo a alguien

Hace dos semanas nos ponías delante e los ojos este mismo evangelio. Hoy vuelve como un eco. Una cosa es reconocerte como Mesías, otra poderlo manifestar en verdad, y proclamarlo con tu venia. Pues hasta que no se tiene la experiencia de tu amor, de tu cruz, hasta que no se opta por vivir como tú viviste y actuar como tú actuaste, toda predicación es vana. Hazme testigo desde la verdad de tu Gracia en mi vida.

Cántico

23 de septiembre
Jueves XXV

Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo

Te canto con mi vida, Señor, no se bien si es un cántico nuevo o es el mismo canto de siempre, no se si con mucha o poca armonía, no se si entono una octava más baja de lo habitual, no se si desafino ( me sigo creyendo que tengo buen oído), el caso es que quiero cantarte lo que pones tú mismo dentro de mi corazón, que baila contento la danza de tu amor.

esclavo

22 de septiembre
Miércoles XXV

Esdrás 9, 5-9 Porque somos esclavos, pero Dios no nos ha abandonado en nuestra esclavitud

Pones ante mis ojos una frase en la que nunca había reparado, y me tienes rumiando su verdad. Siervo tuyo soy, hijo de tu esclava, rompiste mis cadenas. Y no solo me liberas, sino que me brindas la experiencia de sentirte en medio de mis esclavitudes, que continúan, y en las que tú vas escribiendo la historia de tu gracia.

Llamada

21 de septiembre
San Mateo

Mt 9, 9-13 Sígueme

Y claro que te sigo Cada día. Con todo el deseo de responder a tu voluntad en mi vida. Con la ayuda de tu gracia. Con el poder de tu brazo. Con el sostén de tu amor. Con tu misericordia, que me mira y acepta tan y como soy, con mis incoherencias y mis incongruencias. En tus manos estoy.