Retozo

27 de julio
Sábado XVI

Salmo 83 Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo

Delante de ti, haciendo un acto de fe en tu presencia en mi vida, te digo con las palabras del salmo: mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa. Dichosos los que viven en tu casa alabándote siempre, como yo ahora. Dichoso quien encuentra en ti su fuerza.

Pastores malvados

26 de julio


Jr 3, 14-17 Os daré pastores según mi corazón

Ya nos ves, Señor, asombrados de que algunos de los pastores que nos has dado han abusado de tu elección y han cometido iniquidad, abusando de las personas que tenían encomendadas. En la última semana la noticia de los abusos del Abbé Pierre, el apóstol de los pobres, y del fundador de la comunidad de San Martin, tan conservadora, la que más vocaciones tiene en Francia. Perdónanos las veces que miramos para otro lado como Iglesia. Perdónanos el silencio y el ocultamiento. Perdónales a ellos, agresores, su falta y su ignominia. Que sepamos reparar, restaurar y retribuir a las víctimas.

peregrinos

25 de julio
Santiago apóstol

II Cor 4, 7-15 Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento

Oh Dios te pedimos que nos guardes a nosotros, siervos tuyos, que por amor a tu nombre, peregrinamos a Santiago de Compostela:
se para nosotros Compañero en la marcha Guía en las encrucijadas Aliento en el cansancio Defensa en los peligros Albergue en el camino Sombra en el calor
Luz en la oscuridad Consuelo en los desalientos Y firmeza en nuestros propósitos, para que, por tú guía, lleguemos sanos y salvos al término del camino, y enriquecidos de gracias y virtudes, volvamos ilesos a nuestras casas, llenos de saludable y perenne alegría.

Roca de mi refugio

24 de julio
Miércoles XVI

Salmo 70 Se tú mi roca de refugio

Se tú el alcázar donde me salve, mi peña y mi baluarte. Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza y mi confianza desde mi juventud….En el vientre materno tú me sostenías. Hasta hoy relato tus maravillas. Tu Palabra, Señor, cae en mi tierra como fértil semilla. Y es tu misma palabra la que hoy me permite cantar tus alabanzas.

Vives en mi

23 de julio
Santa Brígida

Gálatas 2, 19-20 Es Cristo quien vive en mi

A eso aspiro. A decir esto desde la realidad, de tu vida en mi vida, de mi vida desaparecida en ti, de la realidad de tu ser en mi ser tuyo. Concédeme, Señor, a lo que aspiro mientras digo que profeso: mi vida ahora en la carne la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó por mi.

El amor de mi alma

22 de julio
Santa María Magdalena

Cantar 3, 1-4 Buscaba al amor de mi alma

A ti te busco. Y tú me encuentras. En todas las cosas tu presencia, latiendo. Todas las cosas en la maravilla de tu amor, tan presente, tan ausente, tan manifiesto, tan escondido. Testiga de tu amor y tu evangelio una mujer: María Magdalena, la fe viva, anunciada y proclamada en la mañana de tu resurrección.

Mi pastor

21 de julio
Domingo XVI

Salmo 22 El Señor es mi pastor, nada me falta

Seguro que los sesenta y seis migrantes que llegaron hace dos días a las costas de canarias, en lo más íntimo de su corazón, o con sus labios, se dirigían a ti como el que cuida de ellos, el que sostiene sus vidas, desde donde partieron, atrasando cañadas oscuras y áridos valles, hasta llegar al lugar que les va a rechazar. Pero tú no les abandonas, y nos pides a nosotros que actuemos en tu nombre.

mirad

20 de julio
Sábado XV

Mt 12, 14-21 Mirar a mi siervo, mi elegido, mi amado

Ese eres tú, señor. Haz que ponga los ojos fijos en ti, que no mire nada más que tu rostro, para que, contemplándolo, quede radiante. Y descanse en ti para siempre.

Venid a mi

18 de julio
Jueves XV

Mt 11,28-30 Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré.

Junto a ti, Señor, pongo todos los cansancios y agobios de quien ya no puede más, de todas las personas que viven agobiadas, desesperadas, sin ser capaz de acceder a tu luz. Por las personas que, en su enfermedad mental, están deprimidas. Por los que viven sus dolencias en soledad. Por los que no tienen una mano cercana que les ofrezca ternura. Por todos los que padecen el espanto de la guerra, especialmente en palestina. En tus manos, Señor.