27 de julio
Sábado XVI
Salmo 83 Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo
Delante de ti, haciendo un acto de fe en tu presencia en mi vida, te digo con las palabras del salmo: mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa. Dichosos los que viven en tu casa alabándote siempre, como yo ahora. Dichoso quien encuentra en ti su fuerza.