San Andrés

30 de noviembre
San Andrés

Salmo 18 A toda la tierra alcanza su pregón

El pregón de tu salvación que se acerca, el anuncio de tu venida, la convocatoria para que acudamos a contemplar las maravillas que haces en la tierra, el llamamiento a estar atentos, vigilantes, dispuestos, preparados a acogerte, a contemplarte entre nosotros, a entregarte nuestra vida a ti que la entregas. El pregón que se hace sin palabras, la buena noticia que proclaman tus elegidos, como Andrés.

 

Adviento III

29 de noviembre
Martes I de adviento

Is 11, 1-19 Brotará un renuevo del tronco de Jesé…

Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y de temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará solo de oídas: juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados…
Hazme, Señor, participar de tu Espíritu a través de la carne de María. Dame tus dones en tu madre.

Adviento II

28 de noviembre
Lunes I de adviento
Is 2, 1-5 Ven

Tú, que vienes, me llamas: ¡ven! Ven a compartir conmigo mi venida, ven a contemplar mi carne salvadora, ven a caminar a la luz de mi verdad, ven alegre a mi casa y entra en los atrios de mi gloria, ven a la morada de la paz que te ofrezco a ti y a toda la humanidad, ven a saciar en mi fuente tus anhelos, ven a colmar tus deseos, ven, ponte en movimiento, sígueme, camina por mis caminos, sube al monte del Señor.

Adviento I

27 de noviembre
I domingo de adviento

I Cor 1, 3-9 Aguardáis la manifestación de nuestro señor Jesucristo
Comenzamos el adviento, Señor, tiempo de espera y esperanza. Aguardamos tu manifestación gloriosa en la carne, hecho niño, hecho hombre. Aguardamos el poder contemplar la gloria del unigénito de Dios. Aguardamos ver el cielo en la tierra. Te esperamos anhelantes, y sabemos que vendrás. Y nuestro corazón se dispone a prepararse, para adorarte en Belén.

Cuidado

26 de noviembre

Sábado XXXIV
Lc 21, 34-36 Tened cuidado…

…no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.

Manténme despierto para Ti, Señor. Que así sea.

Brotes

25 de noviembre
XXXIV viernes

Lc 21, 29-33 …cuando echan brotes…

Los brotes verdes de tu fecundidad entre nosotros. Los brotes que anuncian la primavera, que me hacen constatar que la aridez del invierno ha pasado, que algo nuevo comienza, ¿no lo noto? ¿Cuáles son los brotes verdes que en mi vida me hablan de Tu abundante cosecha en mi vida?

 

Alzad la cabeza

24 de noviembre
XXXIV jueves

Lc 21, 20-28 Levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación

En medio de los signos apocalípticos que nos presenta la lectura, en medio de las convulsiones de la historia, a la que los periódicos de cada día nos tienen tan acostumbrados, en medio de las vicisitudes, de los azares, de las grandes y pequeñas revoluciones que acontecen en la existencia, en ellas, nos invitas a levantar la cabeza y comprender, tras contemplar, que en todo ello está la semilla de tu salvación, Señor.
 

Perseverancia

23 de noviembre
Miércoles XXXIV

Lc 21, 12-19 Con vuestra perseverancia os salvaréis

Ahí está la promesa de salvación. Y la certeza de que la perseverancia es un don tuyo, que la fidelidad procede de ti, que sin tu Gracia no somos nada. No soy nada. Perseverancia tejida día a día con el hilo de la vida en tus manos. Perseverancia que es abandono, confianza, donación, misterio, reconciliación, perdón. Perseverancia, Señor. Que te pido.

Bendecid II

22 de noviembre
Martes XXXIV

Dn 3, 57 Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor

No solo te bendigo, Señor, sino que invito a todas las criaturas a bendecir tu nombre, a alabarte. Quiero hacer de mi día de hoy un canto de alabanza en nombre de todas ser que alienta, y que en el aliento de su respiración, desde la que se hace vida, se transforme en un canto de alabanza. Quiero parar un instante, mirar alrededor, e invitar a los cielos y la tierra, al sol, a las nubes y también a las estrellas, a alabarte. Criaturas todas, bendecid al Señor.

Bendecid I

21 de noviembre
Lunes XXXIV

Dn 3, 52 Bendito eres Señor

Bendito eres, Señor, a ti gloria y alabanza por los siglos. Deja que mi corazón se esponje bendiciéndote, reconociendo las maravillas de t ser en nuestra historia, en mi vida, en la naturaleza, en lo que comprendo y en los misterios que no alcanzo a descifrar. Bendito eres por siempre, Señor, quiero sumarme con gratuidad a todos los que bendicen y alaban tu ser Dios, lleno de vida. Y hacerlo gratuitamente, sin esperar nada a cambio.