30 de septiembre
XXVI Domingo
St 5, 1-6 Vosotros, los ricos, llorad y lamentaos…
por las desgracias que os han tocado. Así nos dice tu Palabra, Señor, porque en nuestra riqueza hemos olvidado que solo se debe ser rico en misericordia y compasión, como tú. Porque las riquezas que favorecen los abismos de las desigualdades sociales están corrompidas por el egoísmo. En estos tiempos de crisis económica, Señor, enséñanos a compartir nuestros bienes, Señor.