31 de octubre
Jueves XXX
Rm 8, 31-39 ¿Quién nos separará del amor de Dios?
Nada ni nadie, Señor, pues eres la fuente del amor misericordioso, continuo y permanente. Ni yo mismo me puedo separar de tu amor. Nada ni nadie podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.
