13 de octubre
XXVIII domingo
II Tim 2, 8-13 Si somos infieles él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo
Tu fidelidad, Señor, por siempre cantaré. La experimento día tras día, en medio de mis propias infidelidades, de hacer el mal que no quiero, del separarme, conscientemente, de tus mandamientos. Y tú siempre fiel, siempre acogiéndome con amor, siempre perdonando, siempre siempre siempre. Tu fidelidad, Señor, por siempre cantaré.