Job II

30 de septiembre
San Jerónimo

Jb 19, 21-29 Después de que me arranquen la piel, ya sin carne, veré a Dios

Continúa el lamento de Job, desde el convencimiento, que no lo trae sino la fe, de que “está vivo mi Redentor”. Y de un Dios vivo solo puede brotar la vida, auque haya momentos de espanto y de muerte, de martirio y de desesperación.
Hay una certeza: Dios esté, Dios vive, Dios me llama a la vida eterna.

Arcángeles

29 de septiembre
Santos Arccángeles
Ap 12, 7-12 Por eso estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas

Son los ángeles los que tañen para ti, y te alaban, y están proclamando tu gloria. Son los arcángeles los que nos traen mensajes de tu ser en Dios, santo, santo es el Señor. Son los arcángeles los que nos traen el mensaje de tu gloria que irrumpe en nuestra vida, de tu gloria: los arcángeles nos muestran tu fuerza, tu protección, tu salvación encarnada. Con ellos nos alegramos en Ti.

Job I

28 de septiembre
Martes XXVI

Jb 3, 1-3.11-17.20-23 ¿Por qué al salir del vientre materno no morí?

Job te impreca, te lanza a bocajarro todo su dolor, toda la desesperación de su vida: ¿Por qué dio a luz a un desgraciado y vida al que la pasa en amargura, al que ansía la muerte que no llega y escarba buscándola más que un tesoro? Estas preguntas, Señor, son las de tantos seres humanos, hoy. Pongo ante ti, ante tu cruz, sus vidas desesperadas. Se tú presencia en medio de tanto interrogante  ante una vida colmada de absurdo.

Job

27 de septiembre
Lunes XXVI

Jb 1, 6-22 Desnudo salí del vientre de mi madre, desnudo volveré a él

Comienza el libro de Job, libro lleno de sabiduría: el mal, el dolor, el sufrimiento del justo, del hombre religioso, ante ti, Señor. ¿Qué explicación tiene? El misterio mismo del ser humano, de tu cruz, que parte de la constatación más evidente; desnudo nací, desnudo moriré. Desnudo ante ti, Señor. Para ganar la vida que me ofreces.

Hombre de fe

26 de septiembre
Domingo XXVI
1 Tim 6, 11-16 Practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza

Antes de hacer esta exhortación Pablo nos interpela: hombre de Dios. Se supone que si soy un hombre de Dios me deben adornar estas palabras que hoy intento comprender desde el mismo corazón de tu palabra. ¿Qué significan para mí estas cosas? ¿Cómo las vivo? ¿Cuál de ellas elijo en estos momentos, para esta semana que comienza? Vivirlas y practicarlas es combatir el buen combate de la fe. Que así sea.

Tu hacedor

25 de septiembre
Sábado XXV
Qo 11, 9-12, 8 Acuérdate de tu hacedor

Acuérdate de tu creador, de quien te hizo y te constituyó. Acuérdate de quien es el origen de toda vida. En los momentos de plenitud y de escasez, en los momentos de alegría y de tristeza, en los momentos de esperanza y de depresión, en cada momento de tu existencia, vuelve a la raíz de todo, al origen de tu vida, para, y en toda circunstancia, hallar plenitud en el Señor, tu Dios y tu creador, tu hacedor.

Sazón

24 de septiembre
Viernes XXV

Qo 3, 1-11 Todo tiene su tiempo y su sazón…

Tiempo de nacer, tiempo de morir, tiempo de plantar, tiempo de arrancar, tiempo de derruir, tiempo de construir, tiempo de llorar, tiempo de reír, tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse…¿En qué tiempo estoy ahora yo? ¿Cómo vivo mi tiempo en tu presente, Señor? Tú entras en mi historia cotidiana, Señor, y la haces tiempo de salvación.

Vanidad

23 de septiembre
Jueves XXV

Qo 1, 2-11 Vanidad de vanidades, todo es vanidad

Aplastante. El autor del Qohelet nos muestra la fugacidad de la vida. Es tu Palabra que nos muestra que en polvo y viento gastamos nuestras fuerzas. ¿Qué saca el hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. Nada hay nuevo bajo el sol. Todo es vanidad. ¿Entonces qué? ¿Qué en mi vida? Dejo la pregunta, y la respuesta, ante Ti, Señor.

Sin nada

22 de septiembre
Miércoles XXV

Lc 9, 1-6 No llevéis nada para el camino

Este es el equipaje del peregrino, del discípulo que es enviado para proclamar el Reino de Dios: no llevar nada. Renuncia absoluta, abandono total, confianza infinita en ti, Señor, y en tu providencia. De una actitud así procede toda la fuerza de quien se sabe solo en ti y solo aspira a ti, pues tú eres su todo. Ayúdame, Señor, a ir ganando en esta actitud cada día.

San Mateo

San Mateo
21 de septiembre

Ef 4, 7.11-13 Os pido que andéis como pide la vocación que tenéis

Tú llamas a tus apóstoles a ser en Ti otros cristos en medio de nuestro mundo, a unirse tanto a ti que participen de tu ser y porten tu salvación. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor, esforzaos por mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Son consejos que nos da Pablo. Que todo esto sea verdad en mí, Señor, con la ayuda de tu gracia.