Ignacio de Loyola

31 de julio
San Ignacio de Loyola

Salmo 78 Te daremos gracias por siempre

Te daremos gracias por siempre, contaremos tus alabanzas, cada día más, más tuyos, más ofrecidos, más entregados, más conscientes de nuestro ser creados para servirte y alabarte, más incrustados en tu amor y gracia, pues ellos me bastan. Tomad Señor y recibid mi ser agradecido.

Grano


30 de julio
Lunes XVII

Mt 13, 31-35 a un grano de mostaza

Tu reino se hace presente, cada día, como un grano de mostaza a través de tu palabra. Semilla tan pequeña y que se hace tan grande, tan alta, tan profunda en mi vida, cuando es acogida, rumiada, saboreada, encarnada, como si fuera mi ser el seno de María. Tu Palabra que me llena de fecundidad, unido a ti. Cada día. Gracias.

Convocados


29 de julio
XVII domingo

Efesios 4, 1-6 Os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados

Tú nos has convocado, Señor, nos has llamado a ser humildes y amables, comprensivos, a sobrellevarnos mutuamente con amor. A esforzarnos en mantener la unidad del espíritu con el vínculo de la paz. Para conseguirlo, con la ayuda de tu gracia, nos ofreces tu unicidad, y la posibilidad de trascenderlo todo en ti. Nos penetras, nos invades, nos amas.

Anhelo

28 de julio
Sábado XVI

Salmo 83 Se consume y anhela

Se consume y anhela todo mi ser, Señor, por acercarse hasta tu morada. Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo, retozan con frescura, con alegría, con naturalidad, con dicha, sin saber que retozan. Me llenas con tus abundancias de fuente que sacia lo que tú solo puedes saciar. Dejo las palabras y te recibo.

Afanes


27 de julio
Viernes XVI

Mt 13, 18-23 Los afanes de la vida la ahogan

Así reconozco yo la semilla, la palabra del reino que siembras en mi interior. Los afanes de la vida ahogan, como una zarza, lo que empieza a espigar. ¿Cuáles son los afanes de la vida que me impiden granar? Buena pregunta para rumiar durante este día, para no quedarme en ella sino abrirme a la semilla que sigues, con paciencia infinita, derramando en mi.

Fuente viva


26 de julio
Jueves XVI

Salmo 35 En ti, Señor, está la fuente viva

Que sacie mis deseos en tu fuente, señor, que me acerque hasta tu manantial, de donde brota la vida, la fecundidad, la fertilidad de mi tierra baldía. Dame a beber del torrente de tus delicias, zambúlleme en tus aguas de verdad, purifícame en la fresca transparencia de tu belleza. Que así sea.

Santiago


25 de julio
Apóstol Santiago

II Cor 4, 7-15 El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro…

…para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Así lo vemos en cada uno de tus elegidos, Señor, en cada uno de los santos. Así celebramos hoy l fiesta de tu apóstol, que fatigado en las tareas de la evangelización se apoya en el pilar de la Virgen y recibe fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Así peregrinamos hacia ti, para contemplar tu gloria, con nuestra fragilidad, con nuestros pies cansados. Tú caminas con nosotros y alientas nuestra misión.

Bueno

24 de julio
Martes XVI

Salmo 84 Señor has sido bueno con tu tierra

Has sido bueno con tu tierra, Señor, y ahora canto tu bondad y la misericordia que me has mostrado. Has sido bueno conmigo y lo recuerdo en este momento, y con el corazón agradecido te bendigo, te alabo, te agradezco, para que tu pueblo se alegre conmigo en por tu fidelidad que alcanza a las nubes. Gracias, Señor.

Sin vida

23 de julio
Lunes XVI

Ga 2, 19-20 Vivo yo

Pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y mientras vivo en esta carne vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí. Desvivirme para ser vida tuya. Acoger el don de la vida diluida en ti, fortalecida. Vivir de la fe esclarecida en la oscuridad de la vida. Dejar de vivir yo para morir en ti a la vida.

Reconciliar

22 de julio
XVI Domingo

Ef 2, 13-18 Reconcilió con Dios a los dos pueblos

La reconciliación de los dos pueblos, la reconciliación, solo tiene cabida cuando se sale de uno mismo, cuando se abre la existencia al don de la reconciliación que procede de ti. Porque sin ti, que nos has reconciliado con tu sangre, ¿cómo no va a tener cabida el odio, el rencor, el deseo de revancha…? ¿De dónde sacar fuerzas para hacer algo tan poco natural como perdonar al enemigo? Tú has venido a traernos la noticia de la paz. Que así sea.