Fe

31 de enero
martes IV

Mc 5, 22ss No temas, basta que tengas fe

Son las palabras que quiero oír de tu boca, Señor, dirigidas esta mañana al centro de mi corazón: no temas, basta que tengas fe. Fe en que tú eres el Señor de mi vida, el Hijo de Dios, el Salvador.

Vagabundos

30 de enero
Lunes IV

Heb 11,32-40 faltos de todo, oprimidos, maltratados, el mundo no era digno de ellos

Vagabundos por desiertos y montañas, por grutas y cavernas de la tierra. Y todos estos, aun acreditados por su fe, no consiguieron lo prometido. Y leyendo este fragmento de la carta a los Hebreos, en el que nunca había reparado, el corazón y la oración se me va hacia los refugiados, y te pido perdón por mi falta de caridad, Señor.

Lo pequeño

29 de enero
IV domingo

I cor 1,26-31 lo que no cuenta para anular lo que cuenta

Esta es tu dinámica, Señor, tan diferente de la mía. Lo pequeño, lo oculto, lo desapercibido, lo rechazado, lo descartado, lo marginal, lo periférico..ahí está el poder de tu Reino, el germen de la victoria, lo que transforma el mundo. Lo necio del mundo lo ha escogido Dios para anular a los sabios, lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder…de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del señor. Que así sea en mi vida.

Los antiguos

28 de enero
Santo Tomás de Aquino

Hb 11, 1-2.8-19 Por su fe son recordados los antiguos

Por esa fe que es seguridad de lo que se espera y prueba de lo que no se ve. No ver, no saber. Esa fe que santo Tomás de Aquino trató de explicar y construyó en un sistema filosófico y teológico que ha sustentado la Iglesia entera, esa fe que se traduce en un suspiro de amor contemplado, al entrar en la bondad de tu misericordia, al tu aspirar sabroso, de bien y gloria lleno. ¡Cuán delicadamente me enamoras!

Sin que sepa cómo

27 de enero
Viernes III

Mc 4, 26-34 Sin que sepa cómo

Así he nacido, así moriré, sin saber bien cómo, así sale el canto de mi boca, las palabras que escriben mis manos en este momento, así, sin que sepa cómo, al igual que el labrador echa la simiente en la tierra y ella sola crece, sin que él sepa cómo, así tu tejes mis entrañas en el seno de tu tierra fértil, así me haces árido o fecundo, no sé bien, así, como diminuta semilla de mostaza en tus manos, confiando en ti, abandonado al poder de tu gloria.

Candil y cama

26 de enero
Jueves III

Mc 4, 21-25 ¿Se trae el candil para meterlo debajo de la cama?

Buena pregunta. Miro el candil que me has regalado, donde brilla tu luz; miro la cama, lugar de mi reposo; escucho tu interrogación. Ante ti, ante la regalada llama de tu amor que me alumbra, que me consume, trato de responderme sin palabras.

Cegado

25 de enero
Conversión del apóstol san Pablo

Hech 22, 3-16 Cegado por el resplandor de esta luz

Caigo por tierra, me preguntas, me respondes y me dices quién eres, Señor de mi vida, mi Todo, te pregunto qué debo hacer, quedo ciego, voy de la oscuridad a la luz, me haces testigo ante todos los pueblos para contar lo que he visto y oído, lo que desconozco y sin embargo es la fuente de mi vida y el centro de mi ser, me urges, no pierdas tiempo, levántate, sal de mi resplandor y pisa la calle, el adoquín de la miseria humana, donde moras. Conviértete y cree en el evangelio.

Los labios

24 de enero
Martes III

Salmo 39 No he cerrado los labios

He proclamado tu salvación ante la gran asamblea, cada día proclamo tu bondad y tu misericordia, ellas me acompañan todos los días de mi vida, abro la boca y tu sacias con tu palabra mi aliento, mis labios recitan tu alabanza, me haces respirar tu presencia y exhalar tu espíritu, tú, el Dios leal, me librarás, sigo contando tu fidelidad cada día, mi vida es testimonio de tu amor. Ahora callo. Te dices en mi.

Cristo

23 de enero
Lunes III

Hb 9, 15.24-28 Cristo

Leer tu nombre y quedarme enganchado en él, esta mañana, mientras la voz de los monjes armenios cantan la divina liturgia. Todo descansa en ti, el genocidio de hace un siglo, la historia del sacerdote que compuso la música que escucho, que te alaba, y quedó mudo, enajenado, tras contemplar la matanza, tan alejada de tu gloria….Cristo, tú eres el Señor del universo, en tu nombre está la Palabra de vida, tú eres todo, todo en ti. Cristo amado, Cristo Señor, Jesucristo de mi locura.

Acreciste la alegría

22 de enero
III domingo

Is 8, 23-9,3 Acreciste la alegría, aumentaste el gozo

Cada día, Señor, una danza de luz al despertar, tras la oscuridad que se cierne sobre la faz de la tierra; cada día tu oro; cada día la columna de fuego que avanza en mi interior y devora lo que no existe; cada día, Señor, con sencillez, sin palabras, gozarse en tu presencia, como se gozan los mozos al segar, como se alegran los soldados al repartirse el botín; con una alegría festiva, inconsciente, llena de plenitud. Gozo de una llamada y una vocación. Gozo de un carisma. Hoy domingo, fiesta del beato Chaminade, fundador de la familia marianista.