12 de enero
Jueves I semana
Hb 3,7-14 En efecto, somos partícipes de Cristo
En esto se me va hoy el pensamiento que no quiere pensar, la imaginación que no quiere imaginar, la distracción que sigue distraída, el amor que se derrama como ungüento a tus pies. Me haces partícipe de tu ser, así queda tu palaba anidada en el corazón, mientras me sigues sosteniendo en tu vida, en la maravilla de tu amor.