30 de septiembre
Martes XXVI
Jn3, 1-3.11-17.20-23 Muera el día en que nací
En su desesperación, tras sentirse agobiado por tantos males sin remedio aparente, Job clama a voz en grito y desgarra su dolor y su impotencia. ¿por qué al salir del vientre no morí?…Ahora sería un aborto enterrado, una criatura que no llegó a ver la luz. Pongo ante ti, Señor, a tanta gente que se siente superada por la vida, saturada por sus circunstancias, tantos hombres y mujeres, y niños, inocentes, que solo desean descansar en paz. Te pido que me muevas hacia ellos.