Cuánta vanidad

25 de septiembre
Jueves XXV

Qo 1, 2-11 Vanidad de vanidades, todo es vanidad

Este principio del libro de Qohelet me puede ayudar a poner en ti el absoluto de mi vida, a relativizar tantas cosas  que son relativas y a las que concedo importancia excesiva, a ordenar y jerarquizar mis prioridades, mis criterios de actuación ¿Qué saca el hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? ¿Qué sentido tienen nuestras preocupaciones, nuestros esfuerzos, nuestros trabajos…si están fuera de Ti? Vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.

3 opiniones en “Cuánta vanidad”

  1. GRACIAS, Nano…

    ¿ qué es la vida? una quimera, una ilusión… La vida es sueño y los sueños, sueños son.

    Gracias a Dios, que nos ayuda a saber donde esta lo importante, lo que realmente permanece…

    El Amor, su Amor…

    CONFIANZA

  2. Gracias Nano….por esas palabras de hoy……Cuantos esfuerzos,cuantas luchas….cuantas fatigas….y al final?????NADA….CANSANCIO…….cuanta verdad en tu rumia de hoy….SI EN VERDAD PRIORIZARAMOS……SI FUERA EL, EL CENTRO DE TODO NUESTRO ACONTECER….el cansancio solo fuera el muscular…….y no el inmenso vacio y cansancio que nos deja la vanidad……DEMOSLE EL PRIMER LUGAR….Y VIVAMOS EN PAZ…..

  3. La vida..un instante fugaz que nos pasa y sin darnos cuenta, se nos va…y sentimos que nos faltó tiempo, para compartir, para abrazar, para reir, para escuchar…para Amar! Si tan solo nos diésemos cuenta a tiempo del poco tiempo que disponemos acá y aprendiéramos a darle importancia verdadera a la familia, a la amistad sincera, a nuestra pareja y por sobre todo esto a Dios…convertiríamos este breve momento de nuestra existencia, en esencia, en vida plena, donde el Amor del Señor ocupe el primer lugar y se cumple su voluntad y no la nuestra!

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