31 de diciembre Octava de Navidad
I Jn 2,18-21 Hijos, es la última hora
Es la última hora de un año, lo que no deja de ser una convención temporal de nuestra sociedad. Desde el principio existes tú, Señor, como Palabra, junto a Dios. Por medio de tu Palabra se ha hecho todo, cada día, cada año, cada decenio, cada siglo, cada milenio. Tú eres Señor del tiempo. Alfa y omega. Principio y fin. Desde siempre y para siempre, mi vida en tus manos. Termina este año. Gracias por todo lo que he recibido de ti, perdón por tanta Gracia desperdiciada, ayúdame a más amarte y más servirte.