Proclamo

31 de mayo
La Visitación

Lc 1, 39-56 Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador

Con este canto de alabanza a tu grandeza, en boca de María, que hago mío cada tarde, en el rezo de vísperas, terminamos el mes de mayo. María, me sigue acercando al misterio gozoso de tu presencia en mi vida. Gracias por el don de tu madre, Señor.

a los pobres

29 de mayo
Lunes VIII

Mc 10, 17-27 vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme

Ahí, en tu llamada original, los pobres, los marginados, los descartados, los vulnerados, los que no cuentan. Por el otro lado mi vida de joven rico, de adulto llena de riquezas, tantos dones tuyos…desprenderme de lo que soy y tengo para compartirlo con los más necesitados y entonces, ir en detrás de ti, seguirte, responder a tu llamada.

Tu Espíritu

28 de mayo
Domingo de Pentecostés

Hech 2, 1-11 Cada uno oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua

Tus maravillas: la luz que penetra mi alma, la fuente del mayor consuelo, el descanso de mis esfuerzos, la tregua en mis trabajos, el gozo que enjuga las lágrimas, la salud de mi corazón enfermo, el calor de vida en mi hielo, tu bondad y tu gracia, la salvación que me ofreces….tu paz….Gracias por tu Espíritu, que me habita y me recrea.

En tu pecho florido

27 de mayo
Sábado VII de pascua

Jn 21, 20-25 El mismo que en la cena se había apoyado en su pecho

Ahí quiero estar yo, recostado en tu pecho florido. Entre las azucenas olvidado. Que ya solo en amar sea mi ejercicio. Cada día. Ahora mismo. En tu presencia.

Te quiero

26 de mayo
Viernes VII de pascua

Jn 21, 15-19 Señor, tú sabes todo, tú sabes que te quiero

¿Qué mas puedo decirte? ¿Puede el amor no ser amado?

Protégeme

25 de mayo
Jueves VII de pascua
Salmo 15 Protégeme Dios mío, que me refugio en ti

Hoy rezo con tu misma Palabra.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo te digo Señor: «Tú eres mi bien.» Señor eres el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. Te bendigo, Señor, porque me aconsejas, de noche me instruyes internamente. Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.

Enviado

24 de mayo
Miércoles VII de pascua

Jn 17, 11-19 Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío al mundo

Enviados. En tu nombre. Para proclamar tu evangelio. Es la idea que, esta semana, me viene recurrente en la oración, al rumiar tu palabra, en este tiempo entre las Ascensión y Pentecostés. Quizá porque el ejemplo de ardor apostólico de una amiga laica, en amores inflamada, de más de ochenta años, y su ardor evangelizador, me mueve a salir de mis comodidades para ir contigo a proclamar la comunión de amor a la que estamos llamados.

testigo

23 de mayo
Martes VII de pascua

Hechos 20, 17-27 ser testigo del evangelio de la gracia de Dios

Ese testimonio, en tu nombre, es para Pablo completar su tarea. Llamado a anunciar tu evangelio, tu misericordia, tu amor, tu salvación. Llamados a proclamar que eres un Dios vivo, que vives entres nosotros y nos vivificas. Evangelio de vida. Buena noticia que traspasa nuestras fronteras. Buena noticia que estamos llamados a anunciar en los confines de la tierra, en los márgenes, en las escaleras de las parroquias donde duermen los sin techo, en la cárcel, en medio de los transexuales que se prostituyen. Contigo siempre. Como testigo de tu salvación.

En tu paz

22 de mayo
Lunes VII de pascua

Jn 16, 29-33 Os he hablado esto para que encontréis paz en mi

Escucho tu Palabra. Procuro que arraigue en mi vida. Que se haga carne de mi carne. Cimiento de mi existencia. Pilar de paz. Asentado en ti, en lo más profundo de mi ser. ¿Quién me separará del amor de Dios? Y de ahí, como fruto maduro, la paz, que es el don de tu Espíritu. Tu presencia pacificadora. Gracias.