22 de mayo
Lunes VII de pascua
Jn 16, 29-33 Os he hablado esto para que encontréis paz en mi
Escucho tu Palabra. Procuro que arraigue en mi vida. Que se haga carne de mi carne. Cimiento de mi existencia. Pilar de paz. Asentado en ti, en lo más profundo de mi ser. ¿Quién me separará del amor de Dios? Y de ahí, como fruto maduro, la paz, que es el don de tu Espíritu. Tu presencia pacificadora. Gracias.