Tu palabra

31 de enero
IV domingo

Dt 18, 15-20 Pondré mis palabras en su boca

Tu Palabra. Acogida, rumiada, encarnada, proclamada. Predicada con el testimonio de vida. A tiempo y a destiempo. Tu Palabra ascua encendida, espada de doble filo. Tu Palabra que no acaba de encontrar un terreno fecundo en mi vida. Hágase en mi según tu Palabra.

Dormido

29 de enero
Viernes III

Mc 4, 26-34 La semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo

Mucho me consuela siempre esta parábola, y muchas muestras me has dado en mi vida de que realmente es así. Cuenta, claro, mi deseo y mi voluntad, porque me ponerme en movimiento hacia ti, me recuerdan que soy criatura tuya, me permiten buscar tu voluntad y actuarla. Pero eres tú el que pones en mi el querer y el obrar, mientras duermo, eres tú el que haces fecunda mi vida. No me vaya a creer que es por mi poder y mi fuerza, por otra parte tan escasos.

Santo Tomás

28 de enero
Sant Tomás de Aquino

Heb 10, 19-25 Acerquémonos con un corazón sincero

Mente privilegiada. Corazón grande, el de Santo Tomas. Henchido de tu amor. Con todo su ser, tan enorme, procuró amarte con todo el corazón, con toda la mente, con todo su ser. Y ahí está toda su teología, y sobre todo el momento en el que reconoce que todo su pensamiento no es nada comparado con el don de tu amor, y la unión contigo.

Apertura

27 de enero
Miércoles III

Mc 4, 1-20 Escuchad

Dame oídos para escucharte y un corazón abierto para comprender tu Palabra y encarnarla en mi vida. Árame para ser tierra buena, esponjosa, abierta, receptiva, que de fruto. Para tu gloria.

lágrimas

26 de enero
Santos Timoteo y Tito

II Tim 1, 1-8 Al acordarme de tus lágrimas

Recoges tú mis lágrimas en tu odre, Señor. Lágrimas de emoción, de vulnerabilidad, de incapacidad, de afectividad herida, de temor, de incertidumbre, de ego herido, lágrimas de lo profundo, que en este año de la pandemia han aflorado con mayor frecuencias. Lágrimas que son dolor de mis pecados. Me duele de todo corazón ofenderte, Señor. Y tú te acuerdas de mis lágrimas.

Epifanía

25 de enero
Conversión de San Pablo

Hechos 9, 1-22 Una luz celestial lo envolvió con su resplandor

Tu luz celestial y tumbativa, el río cardoner con su discurrir, la infancia de Jesús en parís…y también tantos momentos corrientes y molientes de la vida, puertas a tu presencia absoluta, a tu divinidad en mi vida, al sacramento de tu amor en los más descartados de nuestra sociedad. Ayúdame, Señor, a estar atento a las epifanías cotidianas, donde siempre te manifiestas.

En pos de ti

24 de enero
II domingo

Mc 1, 14-20 y se marcharon en detrás de él

Cada día el deseo de seguir tus pasos, cada día la voluntad de ponerme en camino contigo, cada día tu gracia que me sostiene y acompaña en esta vocación que me has regalado, y que llevo en vasijas de barro. Cada día, Señor, el regalo, y la responsabilidad, de ser discípulo tuyo. Don y tarea.

Fuera de sí

23 de enero
Sábado II

Mc 3, 20-21 vinieron a llevárselo porque se decía que estaba fuera de sí

En muchas ocasiones que pongo fuera de mí, desde mi centro. En algunas ocasiones eres tú el que me sacas de mi mismo, me desquicias, me vuelves loco en ti. Que sepa discernir las locuras que vienen de ti, y enloquezca verdaderamente inflamado en tu amor

Contigo

22 de enero
Beato Guillermo José Chaminade

Mc 3, 13-19 Llamó a los que quiso y se fueron con él

Gracias, Señor, por mi vocación marianista. Gracias por todas las personas que formamos la gran familia marianista. Gracias por Guillermo José y Adela, fundadores, que recibieron tu gracia y el don de ofrecer un nuevo carisma a la Iglesia. Danos aquello que más necesitemos para vivir fieles a todas las exigencias del misterio de nuestra vocación