Dormido

29 de enero
Viernes III

Mc 4, 26-34 La semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo

Mucho me consuela siempre esta parábola, y muchas muestras me has dado en mi vida de que realmente es así. Cuenta, claro, mi deseo y mi voluntad, porque me ponerme en movimiento hacia ti, me recuerdan que soy criatura tuya, me permiten buscar tu voluntad y actuarla. Pero eres tú el que pones en mi el querer y el obrar, mientras duermo, eres tú el que haces fecunda mi vida. No me vaya a creer que es por mi poder y mi fuerza, por otra parte tan escasos.