28 de febrero
Jueves VII
Mc 9,41-50 El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen…
Perdónanos, Señor, por todo el mal que hemos hecho a los niños y jóvenes los miembros de la Iglesia, cuando hemos abusado sexualmente de ellos. Perdona nuestros silencios, nuestros encubrimientos, nuestro mirar para otro lado, nuestro no tratar de comprender el dolor y el espanto de las víctimas. Más nos valdría habernos encajado en el cuello una piedra de molino y habernos echado al mar. Haznos más cercanos y sensibles a las víctimas. Y perdona nuestros pecados.