31 de mayo
La visitación
Lc 1, 39-56 Proclama mi alma la grandeza del Señor
Termino el mes de mayo, con María. Como cada día, la madre me acerca a ti. Siempre estás en sus manos de madre. Hoy proclamo tu grandeza, con su voz, inspirando mis palabras en su mismo canto de alabanza. Verdaderamente eres grande en mi.
Hoy, los marianistas de casi toda américa latina se unen en una nueva región. Hermanos y amigos. Bendíceles.