30 de mayo
Lunes VII de pascua
Jn 16, 29-33 Os he hablado esto para que encontréis paz en mi
Tu palabra, Señor, nido de paz; tu Palabra que remueve y aquieta, que remansa los remolinos de mi vida. Tu Palabra, siempre oportuna, siempre certera, sanando siempre, interpelando, contrastando mi vida. Tu Palabra, el don de cada día. Acogida en el seno de María.