¿A quién buscas?

22 de abril
Martes de octava de Pascua

Jn 20, 11-18 Mujer, ¿por qué lloras?¿a quién buscas?

Te busco a Ti; creo que lloro por Ti, porque te he perdido, y ando buscándote entre los muertos cuando estás vivo. Pero sin saberlo lloro porque todavía soy incapaz de reconocerte, hasta que no oiga tu voz que me llama y pronuncia mi ser con amor. Te busco, Señor, como la amada busca al amado, sin cabeza, sin aliento, solo con el corazón envuelto en el deseo de saber que te amo desde las entrañas de tu mismo amor. ¡María!¡Maestro!

Alegraos

21 de abril Lunes de la octava de pascua

Mt 28, 8-15 Alegraos

Esta es la primera palabra que escucho de ti en esta semana, eco prolongado de tu resurrección. Alégrate. Alégrate como María, porque recibes mi vida que te da la vida. Alégrate como una primavera en flor, al salir del invierno, cuando la lluvia ha cesado y canta la alondra en el nido de tu corazón. Alégrate porque soy tu Señor y estoy en ti, Salvador y Rey. Alégrate y transmite la alegría a tus hermanos, a los que no creen, por toda la creación. He resucitado, para ti.

Pascua de Resurrección

20 de abril
Domingo de Pascua

Col 3, 1-4 Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de alá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios, aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo, escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.

Jueves Santo

17 de abril
Misa vespertina de la cena del Señor

Ex 12, 1-8.11-14 Este día será para vosotros memorable
Sal 115 Alzaré la copa dela salvación invocando tu nombre
I Cor 11,23-26 Cada vez que coméis de este pan y bebéis de este caliz, procalmáis la muertre del Señor hasta que vuelva.
Jn 13, 1-15 Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.

Te ofrezco estas jabalinas para que, a lo largo del día, vayas con ellas hacia lo alto, acercándote al que está cerca de ti, pues te deja su cuerpo y su sangre para que te alimentes y vivas en él.

Palabra de aliento

16 de abril
Miércoles santo

Is 50, 4-9 Decir al abatido una palabra de aliento

Entrémonos más dentro en la espesura. Y luego a las subidas cavernas de la piedra nos iremos, que están bien escondidas, y allí nos entraremos, y el mosto de granadas gustaremos. Allí me mostrarías aquello que mi alma pretendía, y luego me darías allí, tú, vida mía, aquello que me diste el otro día: El aspirar del aire, el canto de la dulce Filomena, el soto y su donaire, en la noche serena, con llama que consume y no da pena. Y no da pena. Porque estás batido, abatido en el amor del mismo amor.

Luz

Martes santo

Is 49, 1-6 Te hago luz de las naciones

En medio de la tiniebla de esta semana, que cubre el cielo de nubes y llena de tinieblas el orbe de la tierra, tu luz brilla las naciones y tu salvación alcanza los confines del mundo. Véante mis ojos y hazme lumbre dellos, pues solo para ti quiero tenellos.

Bálsamo de nardo

14 de abril
Lunes santo

Jn 12, 1-11 María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies, y se los enjugó con su cabellera.

Por amor. Solo por amor. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. A nuestro lecho florido, ven, austro, que recuerdas los amores, aspira por mi huerto, y corran sus olores, y pacerá el Amado entre tus flores.
Hace unos días una amiga me regaló un tarro de bálsamo de nardo, de María Magdalena. Para que me vierta en ti. Gracias.