28 de febrero
Sábado I cuaresma
Mt 5,43-48 Amad a vuestros enemigos.
Está claro como el agua clara: amad a vuestros enemigos. Solo con ayuda puedo hacerlo, Señor. Hazme claro como el agua clara. En tu amor.
Comentarios diarios a la Palabra de Dios, que ayuden a rumiarla y encarnarla
27 de febrero
Viernes I cuaresma
Mt 5, 20-26 Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda en el altar
Perdón, Señor, por tantas ofrendas puestas en el altar sin haberme reconciliado de verdad con quien tuviere que hacerlo, por seguir manteniendo en mi corazón residuos tóxicos, aunque apenas los perciba, de rencor, por ofensas pasadas. Perdón tanto ego absurdamente fortalecido en la propia debilidad. Perdón por no haber disuelto mi ser en ti, para ser solo tuyo en tu amor que es perdón, misericordia y olvido.
26 de febrero
Jueves I cuaresma
Est 14, 1.3-5.12-14 Protégeme que estoy sola y no tengo otro defensor fuera de ti
Es la oración con la que se dirigen a ti tantos hombres y mujeres cada día: oración confiada, de súplica, oración desesperada, oración de abandono, oración que implora, oración que sabe que si no es en ti nada puede obtenerse, oración de fe, oración que busca tener más fe, oración que se deshace entre las palabras, oración que es inmensa como el desierto, silenciosa y solitaria como el espejismo de la muerte. Hazme así, hoy, en ti: oración.
25 de febrero
Miércoles I cuaresma
Salmo 50 Oh Dios, crea en mi un corazón puro
Un corazón que se mueva hacia ti como las arenas del desierto, un corazón como la brisa del viento, un corazón que sea rosa no vista, música silenciosa, primera infancia, sol y nube, lluvia, primavera, verano, otoño e invierno, un corazón sin límites anidado en la hendidura de tu corazón. Hazme, Señor, corazón tuyo en el pálpito del mundo.
24 de febrero
Martes I cuaresma
Mt 6, 7-15 Vosotros rezad así
Padre nuestro, que estás en el cielo. Así comentan, Padre nuestro, el inicio de esta oración personas con diversidad intelectual, en la catequesis. Sin muchas palabras, como limpios de corazón. Gracias por mostrar tu ser a los sencillos:
Para mí, Dios es “Padre”, un amigo, un “Espíritu” como una paloma de la Paz, y una persona buena. Dios es nuestro padre. Dios es un amigo fiel. Y fiel es el que siempre te escucha, siempre está, y ahora está aquí con nosotros .Dios es un Padre, un amigo. Dios es el sol y el viento, es el aire cuando se mueve, es el amor. Es la lluvia. Dios está en el secreto de nuestros corazones.
23 de febrero
Lunes I cuaresma
Mt 25, 31-46 Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos
A ti de dimos de comer porque tenías hambre en la humanidad que muere de hambre, en los que viven buscando alimentos en los estercoleros de nuestra abundancia; a ti no te acogimos en los inmigrantes que cruzan el Estrecho en pateras ante nuestra indiferencia, que nos hace cómplices; a ti te visitamos en la cárcel de soto del real, en las pocas presas que quedan y que buscan un lugar de silencio para encontrarte más allá de todo ruido; a ti te dejamos ir desnudo, en medio de tanta locura de carnaval. Tú estás entre nosotros, pobre, llamándonos a compartir la misericordia con que pretendes transformar nuestro corazón.
22 de febrero
I domingo de cuaresma
Mc 1, 12-15 El espíritu empujó a Jesús al desierto
Soledad, silencio, renuncia, austeridad, compañía, el sonido del universo, plenitud, tu riqueza incomparable, Señor, en el desierto, despojado de todo, incluso de la propia tentación. En el desierto me seduces, en el desierto me pruebas, en el desierto me llevas al límite para que al asumir la propia limitación entre en tu horizonte sin fin. En el desierto, una vez más, me haces participar de tu misma suerte, mientras susurras en mi oído: se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios, conviértete y cree en el evangelio.
21 de febrero
Sábado después de ceniza
Is 58, 9-14 Cuando sacies el estómago del indigente
cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía. El Señor te dará reposo permanente, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes tus huesos, serás un huerto bien regado, un manantial de aguas cuya vena nunca engaña.
Así tu Palabra me mueve hacia el pobre. Muéveme tú, Señor, para quererte en él y dar mi vida. Hazme luz olvidada en el desierto.
20 de febrero
Viernes después de cuaresma
Is 58, 1-9 El ayuno que yo quiero es este
El ayuno que yo quiero es éste: abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos; partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no cerrarte a tu propia carne.
No me cierres a mi propia carne en el sufrimiento del mundo. Dame la vuelta como a un calcetín, Señor, porque si tú no lo haces mi corazón, una vez más, será de pedernal endurecido.
19 de febrero
Jueves después de ceniza
Lc 9, 22-25 El que quiera seguirme
El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mi causa, la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?
Deja que tu Palabra entre en mi ser, se encarne, desaparezca, y quede solo tu Palabra hecha carne y vida para la salvación del mundo.