25 de febrero
Miércoles I cuaresma
Salmo 50 Oh Dios, crea en mi un corazón puro
Un corazón que se mueva hacia ti como las arenas del desierto, un corazón como la brisa del viento, un corazón que sea rosa no vista, música silenciosa, primera infancia, sol y nube, lluvia, primavera, verano, otoño e invierno, un corazón sin límites anidado en la hendidura de tu corazón. Hazme, Señor, corazón tuyo en el pálpito del mundo.
