28 de mayo
Domingo de Pentecostés
Hech 2, 1-11 Cada uno oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua
Tus maravillas: la luz que penetra mi alma, la fuente del mayor consuelo, el descanso de mis esfuerzos, la tregua en mis trabajos, el gozo que enjuga las lágrimas, la salud de mi corazón enfermo, el calor de vida en mi hielo, tu bondad y tu gracia, la salvación que me ofreces….tu paz….Gracias por tu Espíritu, que me habita y me recrea.