Magnificat

22 de diciembre

Lc 1,39-45 Proclama mi alma la grandeza del Señor

Proclame mi lama siempre tu grandeza, Señor. Bendice alma mía al señor, y no olvides sus beneficios. Bendice alma mía al Señor, pues de él viene tu vida, tu salvación. Bendice alma mía al Señor. Y sigues dispersando a los soberbios de corazón, y enalteciendo a los humildes, a los hambrientos los colmas de bienes, y al os ricos los despides vacío. En ti confío, Señor.