Orar

9 de septiembre
Martes XXIII

Lc 6, 12-19 Subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios

Decirte Padre nuestro; reconocerte bendito desde el seno de María, diciendo incesantemente “bendito el fruto de tu vientre, Jesús”; invocar tu Espíritu para que encienda en nosotros el fuego de tu amor; orar con la respiración, con los latidos del corazón, orar sin interrupción, confiadamente, poniendo todo mi ser en tus manos, porque te amo y necesito darme, sin limitación, sin medida, con una confianza infinita. Enséñame a orar, Señor. Ahora mismo, en oración.