Véante mis ojos

15 de enero
Domingo II semana

Jn 1, 29-34 Yo lo he visto y doy testimonio de que este es el hijo de Dios

Amado mío, ven a mí, alcánzame, rómpeme, hazme desaparecer en la espesura de tu gozo, en la oscuridad de lo oculto, donde me vas formando sin que yo sepa cómo, donde me vas entretejiendo en lo profundo de la tierra. Desde siempre y por siempre, tú eres Dios. Véante mis ojos, dulce Jesús bueno, véante mis ojos y muera yo luego. Emmanuel, aleluya.