29 de julio
XVII domingo
Efesios 4, 1-6 Os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados
Tú nos has convocado, Señor, nos has llamado a ser humildes y amables, comprensivos, a sobrellevarnos mutuamente con amor. A esforzarnos en mantener la unidad del espíritu con el vínculo de la paz. Para conseguirlo, con la ayuda de tu gracia, nos ofreces tu unicidad, y la posibilidad de trascenderlo todo en ti. Nos penetras, nos invades, nos amas.
¿Quién te puede encerrar? ¿acaso el viento te contiene?
¿puede el torrente contar tu mensaje? ¿los árboles sostener tu presencia?
Mi alma vive cuando te derramas en todo
La creación se agita con hambre y sed de vida eterna