Ciegos

10 de septiembre
Viernes XXIII

Lc 6, 39-42 ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?

¿No caerán los dos en el hoyo? ¡Qué importante es, Señor, atinar en quien me guíe mejor hacia ti! ¡Qué importante es discernir un buen acompañante que me conduzca hasta ti, verdadero camino! ¡Qué necesaria es una persona que vea tu luz y sepa guiar hacia la luz! ¡Cuánto ciegos que tratan de guiar y confunden! Que tu luz, Señor, reflejada en los ojos otros nos hagan ver la luz.