27 de septiembre
Jueves XXV
Ecl 1, 2-11 Vanidad de vanidades, todo es vanidad
Enorme es el principio de este libro lleno de sabiduría: vanidad de vanidades, todo es vanidad. Deja que esta Palabra resuene en mis adentros, con el diapasón de tu gracia abonándola en mi interior: vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué saca el hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? Todo es relativo, solo tú permaneces. ¿Entonces, Señor, a qué viene tanta vanidad vital?
En vano corremos tras el viento intentando atraparlo
y sin aliento perseguimos al sol ignorando su ocaso
Buscamos la vida sin pensar que la muerte también nos busca
y nos enredamos escalando montañas llenas de huesos
Pero un día el aliento de la muerte rozó mi cuerpo
y desperté a una realidad impactante, infinita, clara y sincera