1 de septiembre
Miércoles XXII
Lc 4, 38-44 Es necesario que proclame el reino de Dios también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado
Tu Palabra me muestra el camino que he de seguir, en esta nueva etapa de mi vida, en una nueva misión. Enviado por ti. Siempre amado. Desde el día que escuché y comprendí tu gracia, en verdad. Que el gozo en ti sea mi fortaleza. Y lo proclame. Tu espíritu que danza en mi.