Cebados

26 de septiembre
XXVI Domingo

Santiago 5, 1-6 Habéis cebado vuestros corazones para la matanza


Brutal, Señor, tu palabra llega hoy a remover, con una imagen poderosa, mi indiferencia antes el sufrimiento del más pobre, mis riquezas podridas, mis trajes apolillados, mi oro y mi plata oxidada, cuya herrumbre se ha convertido en testimonio contra mí. Tanas riquezas que me has dado y me guardo, y no pongo al servicio de tu Reino. Tu me miras con misericordia, y sigues insistiendo, a ver si me convierto a ti y a los más necesitados.