No se lo digas a nadie

24 de septiembre
Viernes XXV

Lc 8, 18-22 El les prohibió terminantemente decírselo a alguien

Hace dos semanas nos ponías delante e los ojos este mismo evangelio. Hoy vuelve como un eco. Una cosa es reconocerte como Mesías, otra poderlo manifestar en verdad, y proclamarlo con tu venia. Pues hasta que no se tiene la experiencia de tu amor, de tu cruz, hasta que no se opta por vivir como tú viviste y actuar como tú actuaste, toda predicación es vana. Hazme testigo desde la verdad de tu Gracia en mi vida.