27 de noviembre
Jueves XXXIV
Lc 21, 20-28 En la tierra angustia de las gentes, enloquecidas
Son signos de tu venida. De una venida que se está realizando en medio de la historia. De una venida que es continua, que nos ofreces en cada época, en cada lugar. La posibilidad de comprender sin comprender, desde una fe que no explica pero que llena de sentido. Solo así alcanzo a vislumbrar este evangelio de desolación, signo de la liberación que ya ofreces. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación.
Levantáos, alzad la cabeza. En medio de la tribulación y el desconsuelo, en la confusión absurda del que no alcanza a ver sentido entre los juicios de los hombres, alza la cabeza.
Levanta la vista para ver los signos del Reino escondidos, esperando el momento de ser descubiertos…
Permanece alerta para que no se te escape el momento en que el Señor venga a cenar contigo… Danos fuerza y ánimo en el camino, Señor.