24 de noviembre
Lunes XXXIV
Lc21, 1-14 Alzando Jesús los ojos vio….
Significa, Señor, que estabas sentado en el suelo, pues tuviste que elevar la mirada para ver al rico que echaba el donativo, a la viuda que echando dos reales echaba más que nadie. Tú, Dios, en el suelo, haciéndote pobre por nosotros, para invitarnos a compartir nuestras riquezas, lo que nos sobra, a dar generosamente en nuestra pobreza, incluso aquello a lo que nos aferramos y creemos indispensable para vivir. Tú, Señor, invitándonos a la generosidad sin límites. Desde el suelo.