Mes: enero 2016

11 de enero
Lunes I

Mc 1, 14-20 Se ha cumplido el tiempo

Si ayer escuchaba, Señor, una vez más que soy tu amado, tu predilecto, hoy escucho, como tantas veces, tu llamada a convertirme, a volverme a ti, a creer en la buena noticia de tu evangelio, de tal manera que definitivamente sea uno en ti que eres para mi cercanía, intimidad propicia, don verdadero, cauce de salvación. Conviérteme a ti sin reservas, o al menos hazme cada día algo más tuyo y menos mío.

10 de enero
Bautismo del Señor

Lc 3, 15-16.21-22 Tú eres mi Hijo, el Amado, mi predilecto

Escucharte una vez más, Señor, dejar que tu palabra de amor, de filiación, entre en mis entrañas y me acaricie por dentro, me revista internamente con la suavidad de tu misericordia, dejar y dejarme, Señor, en tus manos, bendecido, inmerso en tu agua, acariciado por la ternura del don que recibo de ti en tu Hijo, en quien todos somos hijos tuyos. Renacido del agua y del espíritu, hecho uno en ti.

9 de enero
Sábado después de la Epifanía

I Jn 4, 11-18 Queridos, si Dios nos amó de esta manera…

también nosotros debemos amarnos unos a otros. Que tu encarnación, amado mío, nos haga más humanos cada día de este año. Más compasivos. Más misericordiosos. Más atentos al misterio de la humanidad que sufre, donde recibiremos tu amor divino y tu salvación. Donde recuperaremos nuestra humanidad perdida. Señor, ¡ten misericordia de nosotros!

8 de enero
Viernes después de epifanía

I Jn 7, 7-10 Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.

Porque Dios es amor, y lo vemos en la carne de un niño mortal. Por eso recibimos tu amor y te amamos con el mismo amor que tú nos das. Por eso te adoramos. Tú carne humana, recién nacida, que nos presenta María. Tú, carne de amor.. Misericordiae vultus. Rostro de la misericordia. La indiferencia ante el misterio de la encarnación, carne de pobre troceado en nuestro mundo, nos aleja de Dios, nos destierra, nos deshumaniza, nos impide alcanzar la vida abundante que el nacimiento de Cristo nos ofrece. ¡Ay, si conociésemos el don de Dios!

7 de enero
Jueves después de Epifanía

Mt 4, 12-16-17.23-25 Una luz les brilló

Tu luz, Señor, la maravilla de tu luz. A ella aspiro, vestido con la claridad oculta de tu presencia.

6 de enero
Epifanía de Nuestro Señor Jesucristo

Mt 2, 1-12 Vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron

Véante mis ojos, dulce Jesús bueno, véante mis ojos y muera yo luego. Ojos míos, mirad que ya llega al Señor, derretíos en esta mirada. Mirad pupilas de mi ser: las tinieblas cubren la tierra y la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti. Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar. El tesoro de su divina misericordia.

5 de enero
Martes anterior a Epifanía

I Jn 3, 11-21 El que no ama permanece en la muerte

Acércame al fuego de tu amor, Jesús del amor hermoso, consume mi vida en las entrañas de tu divina misericordia. Hazme generoso con tu generosidad, desprendido de mí, olvidado de todo lo que no sea olvido para entrar en la gran luz de tu misericordia. Dame amor real a las personas concretas que me rodean, amor sin límites en los límites de nuestro mundo.

4 de enero
Lunes anterior a Epifanía

Jn 1, 35-42 ¿Qué buscáis?

Busco al que me busca y en la búsqueda me estremezco en el desierto florecido de tu amor. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío, tiene sed del Dios vivo. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

2 de enero
Sábado antes de Epifanía

Jn 2, 22-28 Permaneced en él

Permanecer en ti cada día del año, porque tú permaneces en mi cada día del año. Ser fiel en tu fidelidad, ser misericordioso desde tu misericordia, ser luz con tu luz, ser fuerte en tu fortaleza, ser crucificado contigo, resucitar contigo, recibir la vida abundante que me ofreces venga como venga, desde el seno de tu amor. Gracias, señor.

1 de enero de 2016
Santa María Madre de Dios

Nm 6, 22-27 El Señor te bendiga y te proteja

Hago mi ser acogida de tu bendición, te adoro en brazos de María.
El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz