Comentarios diarios a la Palabra de Dios, que ayuden a rumiarla y encarnarla
26 de mayo
Martes VII pascua
Hch 20, 17-27 Lo que me importa…
¿Cómo terminaría yo esta frase? Lo que me importa, lo que me preocupa, lo que aúna mis fuerzas, lo que capta mi interés, lo que centra mi atención, lo que me mantiene en vela para conseguirlo…¿qué es?
Lo que me importa es completar mi carrera, y cumplir el encargo que me dio el Señor Jesús: ser testigo del Evangelio, que es gracia de Dios, contesta Pablo.
25 de mayo
Lunes VII pascua
Jn 16, 29-33 Os he hablado esto para que encontréis la paz en mí
Nos regalas tu palabra, Señor, y nos invitas no solo a escucharla, sino a obedecerla, a hacerle un hueco en nuestra vida, a abrir nuestra carne a su dinamismo, a dar a luz el fruto de tu paso por nuestra existencia. Y cuando es así, y tu Palabra me fortalece y me regala la dicha de la paz, una paz sin límites, duradera, estable. La paz de saberme cimentado en tu Palabra.
Ascensión del Señor
24 de mayo
Ef 1, 17-23 Ilumine los ojos de vuestro corazón
Es la oración de San Pablo que hago mía esta mañana en la que subes a la gloria del Padre. Dame, Señor, la sabiduría para conocerte, para presentir la gloria que me ofreces desde el cielo. Ilumina los ojos e mi corazón para comprender la esperanza a la que me llamas, participar contigo de tu vida eterna, en el seno de la Trinidad. Y que todo ello afecte a mi vida y me rinda a ti, Señor.
23 de mayo
Sábado VI pascua
Jn 16, 23-28 …para que vuestra alegría sea completa
Por tres veces, en los últimos días, nos hablas de la alegría a la que estamos llamados. “Pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa”, nos dices. Pedir conocerte, pedir acogerte, pedir en tu nombre, Señor. Pedir confiados porque tú intercedes por nosotros. Pedir sabernos en tus manos. Pedir la alegría que procede de ti.
22 de mayo
Viernes VI pascua
Jn 16, 20-23 Nadie os quitará vuestra alegría.
Porque será una alegría que se asienta en lo más verdadero del corazón, una alegría profunda, una alegría regalada pro Ti, una alegría que tiene en ti su raíz y su culminación. Tú eres la causa de nuestra alegría, Señor. Tú has vencido nuestras tristezas y nuestras muertes, tú nos llamas a vivir de tu resurrección.
Jn 16, 16-20 Vuestra tristeza se convertirá en alegría
Es bastante difícil, Señor, tratar de entender esta palabra tuya. Cuando uno está triste parece que la alegría ha sido desterrada de su ser, y su simple mención entristece aún más, pues se ve como lejana, imposible, inalcanzable. Sin embargo tú transformas nuestro luto en danzas, sin que sepamos cómo. Haznos comprender lo incomprensible. Haznos instrumentos de tu alegría para los que están tristes.
20 de mayo
Miércoles VI pascua
Jn 16, 12-15 …hasta la verdad plena
El Espíritu de la verdad nos guiará hasta la verdad plena. La verdad que nos hace libres. La verdad que es don tuyo. La verdad de nuestro ser en tus manos. La verdad que apenas intuimos en un mundo de tantos absurdos relativos que se presentan con pretensiones de plenitud. Danos, Señor, tu Palabra de verdad. Que la acojamos en nuestra vida.
19 de mayo
Martes VI de pascua
Salmo 137 Te doy gracias, Señor, de todo corazón
El inicio del salmo responsorial de hoy me pone, Señor, en actitud de agradecerte todos tus dones, de todo corazón. Desde lo más íntimo de mi ser, gracias, Señor. Dejo que mi ser se haga antorcha agradecida. Te pido que sepa darte gracias en todo momento, sea lo que sea. Gracias, Señor, porque me amas.
Jn 15, 26-16 También vosotros daréis testimonio
Eso es lo que deseo, Señor, aunque a veces el deseo no se haga realidad por mi propia debilidad y pecado. Deseo dar testimonio de ti, no solo con mis palabras sino con mi vida. Estás conmigo desde el principio y me llamas a ser tu testigo en todo momento, en lo pequeño y en lo grande…Envía tu Espíritu, para que sea su impulso el que me mueva a mostrarte.
17 de mayo
VI domingo de pascua
Jn 15, 9-17 Que os améis unos a otros como yo os he amado
Que os améis unos a otros como El nos ha amado. Sin reservas. Si lo hacemos, a pesar de las dificultades, tentaciones y fracasos con las que nos obsequia la vida, en medio de cualquier vicisitud, tratando de dar siempre lo mejor de nosotros mismos para encontraros en el bien con los demás, si lo hacemos así, como hizo Jesús, sin duda seremos felices. Tú nos lo has prometido, Señor.
