19 de octubre
Miércoles XXIX
Rm 6, 12-18 Que el pecado no siga dominando vuestro cuerpo
…ni seáis súbditos de los deseos del cuerpo. Lo primero que llega a mis ojos al acercarme hoy a tu Palabra, Señor, es esta frase de Pablo. Ante mis ojos está presente mi pecado, reconozco mi culpa. El cuerpo y el deseo luchando contra el templo del Espíritu en el que me has convertido. Misericordia, Señor, por tu bondad.
Señor, reconozco mis debilidades, mis flaquezas, mis faltas de amor.Sé que sin tu gracia y misericordia, no sigo el Camino, te pido fortaleza y luz para
seguir purificando mi alma. Confio en tu divina misericordia y acudo a Ella.
Cuerpo ardiente y mente turbia. Llega el deseo y lo invade todo nublando el corazón. Perderlo todo para renacer de nuevo, perder la vida y ganar la eternidad. Corazón blanco y mirada limpia.