2 de septiembre
Domingo XXII
Santiago 1, 17-18.21-22.27 Todo beneficio viene de arriba
Que todo mi ser te bendiga, señor, y que no olvide tus beneficios: los beneficios que me lo parecen, los que no entiendo, los que no soy consciente de ellos. Que te bendiga por todo, porque todo procede de ti, todo es bien, todo es presencia y gracia. Vivir es el encuentro con tu mano, que sacia de favores a todo viviente. Abandonarme confiadamente en ti, Señor, fuente que mana y corre.
Darte gracias contante por tus beneficios Señor. Ellos me inundan de gozo, me ayudan a seguir adelante en mi vida junto a Ti. Haciendo lo que me pides con mis hermanos.
¡¡Gracias Nano, por la meditación!!
Espera desnuda en el Señor, confía y entrégate a su misericordia porque sólo en Él los campos se tiñen de colores y danzas