21 de mayo
Miércoles V de Pascua
Jn 15, 1-8 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos
Tú eres la vida de mi vida, tú eres la savia de mi savia, tú eres el color de mis colores, tú eres el aire de mi cielo, la nube de mi morada, el no saber de mi ignorancia, el amor, la ternura entrañable que me envuelve cuando de despierto y cuando me acuesto, tú eres mi propia intimidad olvidada a los pies de tu cruz. Tú, Señor, mi raíz, mi vid, mis sarmientos en ti, mis frutos por ti. Tú en mi, desbordándome. Siempre.
Señor, no permitas que jamás me separe de la Vid.
No tendría vida verdadera, me faltaría el alimento fundamental en mi vida.
Quiero vivir siempre arraigada a Ti.
Agárrate y no te sueltes, el viento polar hace caer las ramas