Escándalo

11 de noviembre
Lunes XXXII

Lc 17, 1-6 Es imposible que no haya escándalos, pero ¡ay de quien los provoca!

Leer este evangelio, Señor, y pensar en todo el escándalo, al parecer inagotable, de los abusos sexuales en tu Iglesia es todo uno. Muchas personas de buena fe creen que ya tenemos suficiente, que no se puede estar continuamente removiendo el pasado. Junto a ti pongo el dolor de las víctimas, que no tiene fin, que es un pozo sin fondo, un presente permanente, un revivir agotador. Siempre con las víctimas, desde tu cruz.