25 de abril
IV domingo de Pascua
Jn 10, 11-18 Yo soy el buen pastor
El buen pastor. Eres. No deseo más. Apaciéntame. En tus verdes praderas, en tus fuentes tranquilas, en la mesa que preparas para mí, en las cañadas oscuras. Repara mis fuerzas, afiánzame en tu redil, y déjame pacer en tu sosiego tan deseado.