Paz

4 de diciembre
Martes I de adviento

Salmo 71 Que la paz abunde eternamente

Para que abunde la paz, hazme constructor de paz. Que ofrezca la paz que tú me das, Señor, a los cercanos, a los lejanos, a quien más me cuesta. Que mi paz sea fruto de la flor de la justicia, del no juzgar por apariencias ni sentenciar de oídas; que la paz brote de una justicia que ciñe mis lomos. La paz que hace posible que el lobo habite con el cordero, y la pantera se tumbe con el cabrito. ¿Dónde, a quién, quiero ofrecer hoy este tipo de paz?