Pascua IV

23 de abril
Miércoles octava de Pascua

Lc 24, 13-35 ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino?

Arde mi corazón con tu palabra, con tu presencia presentida, por el camino del abandono arde, por el sendero de la desilusión arde mi corazón, sin saber todavía que estás cambiando mi luto en danzas, que rompes mi sayal para vestirme de fiesta, pues tú vas conmigo, y tu ser transforma mi ser, lo adensa. Me dejas al acecho de tu vida, atento a tu paso por mi vida, tan continuo, tan inesperado, tan real y veraz.

04.23

3 opiniones en “Pascua IV”

  1. Tú, hacer arder mí corazón, te siento muy dentro de mi ser.
    Sé que siempre cuento con ese Amor incondicional.
    Deseo serte fiel, estar siempre atenta a lo que me pides, darme por completo.

  2. Saliste a mi encuentro, te hicistes el encontradizo, me acompañaste en el camino, me hablabas de ti… y yo no te reconocía. La cruz me pesa y me hiere, la desilusión y el miedo me llenan… Pero me explicaste la Palabra y partiste el pan, entonces te vi, entonces te reconocí, eras tú, Señor, resucitado y en ese momento mi cruz se hizo liviana, la fe suavizó el miedo, la desilusión se convirtió en alegría y en ganas de salir corriendo, de volver sobre mis pasos a contarle a todos lo que estaba viviendo en ti y contigo. Mi corazón arde cada día porque tú estás en él.

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