11 de septiembre
Domingo XXIV
Rm 14, 7-9 Si vivimos vivimos para el Señor
Es bueno recordar, Señor, que el domingo es tu día, y que si vivimos vivimos para ti, por ti, en ti. ¿Cómo voy a vivir este domingo en tu presencia? ¿Cómo te voy a dedicar mi tiempo, mi ser? Quizá puedo repetir, en oración incesante, las palabras del salmo responsorial de hoy: “Bendice alma mía al Señor, y todo mi ser a su santo nombre”.
Recibo el perdón y me hundo en tu misericordia. Acojo al hermano y contemplo su debilidad, que es la mía. En el día de tu alabanza me acojo a tu compasión y ternura sabiendo que sólo en ti existo
Vivir siendo de Señor, me ayuda a superarme.
También a permanecer más unida dando gracias.
Consciente de mi fragilidad, me pongo a buen recaudo,
invocando a su Madre que me ayude.