Orando

28 de octubre
Miércoles XXX
Lc 6, 12-19 Pasó la noche orando a Dios

Hazme, Señor, un hombre de oración. Úneme a tu oración silenciosa, en soledad. A tu oración abandonada y confiada en manos del Padre. A tu oración sencilla, sin palabras, confiada. A los latidos de tu corazón orante. Úneme a ti, Dios mío, para que desaparezca en ti y sea manifestación de tu evangelio, de la buena noticia de tu amor y salvación en el mundo.

 10.28

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.