29 de abril
IV domingo de Pascua
Juan 10, 20-30 Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco, y ellas me siguen
Escuchar tu Palabra, Señor; tener la predisposición de estar atento a ella, de obedecerla. Escuchar tu voz crea una relación especial entre nosotros y nuestro pastor; te reconocemos, sabemos interpretar lo que nos quieres decir, hacia dónde nos quieres llevar. Confiamos en ti, porque de ti depende nuestra vida, nuestro alimento.. nuestra seguridad… nos sabemos conocidos por ti, y por eso te seguimos.
Me gusta sentirme oveja de un rebaño, el cual está cuidado y protegido por Jesús. Me gusta sentir que Él me conoce, me llama y le sigo. Que me conoce y me llama por mi nombre. Al lado del pastor nunca me perderé, nunca me harán daño los enemigos porque Él me protege con su mano y su palabra. El miedo no existe cuando el pastor está cerca.
Hoy leo y recito el Salmo 22. «El Señor es mi pastor nada me falta»…….